Blog masónico de Ricardo E. Polo


sábado, 20 de febrero de 2010

La usura, un flagelo consentido

Por el V:. H:. Ricardo E. Polo

Mientras en las periferias del planeta las desigualdades económicas y sociales dis­frutan de un marco de jolgo­rio y es un deporte olvidar los avatares de la Historia, el Papa Juan Pablo II (que tie­ne plena conciencia de su finitud ciertamente poco mediata), se preocupa por cosas de las que también tie­nen la obligación de tratar quienes ejercen mandatos representativos.

Y formuló la alusión al Santo padre, en mérito al mandato espiritual ejercido por el Pontífice sobre millones de creyentes y practicantes del catolicismo en todo el orbe. Según informan Agencias Noticiosas internacionales, el Papa prepara una Encícli­ca sobre el "uso y abuso del dinero", habiendo anticipado su opinión sobre los efectos de la "deuda externa ya pa­gada con creces y que carcome" a los países afecta­dos. Se refiere simplemente a los intereses que se es­tán oblando por ella. (Esta nota ha sido escrita en el año 2000, pero tiene vigencia porque la usura crece y las Encíclicas anunciadas nunca aparecieron…)

También exhortó a los cris­tianos a combatir lo que ca­lifica como "sistema injusto" enfatizando que "...la usura es una vergonzosa y terrible plaga socia/". La Encíclica dirá, además, que las des-igualdades sociales son "una afrenta a la dignidad huma­na". Tal propósito amerita, al menos, apelar a la conciencia ética y moral que presuntamente es posesión del cristianismo católico, apostólico y romano, pudiendo extenderse por trascendencia, a la conciencia del occidente que pretende sostener las virtudes de la democracia y los principios de la filosofía moral heredados de la Grecia y la Roma inmortales. Mientras tanto, monseñor Tarciso Bertone, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que lidera el cardenal Joshep Ratzinger, (Hoy el Papa del Vaticano…pero tampoco se publica encíclica alguna…)) sostuvo hace algún tiempo, que "...es oportuno que la Iglesia ela­bore una reflexión sobre la usura y, en general, sobre el uso correcto del dinero y la proponga de una manera fuerte tanto a los agentes pastorales como a los agen­tes económicos".

El mensaje del Papa ante la Jornada Mundial de la Paz (realizada en 1998), preanunció, el 1o de enero de 1999, el contenido de la En­cíclica que mencionamos, al expresar que "...Los pobres se ven forzados con frecuencia a quedar fuera de los nor­males circuitos económicos o a recurrir a los traficantes de dinero sin escrúpulos que exigen intereses desorbitados, con resultado final de/ empeoramiento de una situa­ción ya de por sí precaria exhortando luego a practicar el micro- crédito en térmi­nos "ecuánimes y con inte­reses favorables" para po­sibilitar "...los medios eco­nómicos necesarios para el digno desarrollo de las familias y de las comunida­des, y que sean accesibles para todos".

No termina todo el tema en la palabra del Papa Juan Pablo II, que en última instancia po­dría circunscribirse a los cris­tianos, si no fuera por la tras­cendencia de su magisterio. En Italia Alberto D'Urso, se­cretario del Consejo Italiano de las Fundaciones contra la Usura, promovió, no sin cier­ta candidez "...la restitución de los bienes mal habidos sustraídos por los usureros a sus víctimas". Según estadísticas italianas, (cómo serán las internacio­nales...) "la mafia criminal de los préstamos.... factura anualmente unos 36 millo­nes de dólares de ganan­cias".

Se sabe la existencia en Roma de 3200 usureros, denominados "corbateros", cuyo giro de capital es nada menos que 4.700 millones de dólares. La "vergüenza y el miedo", la lentitud de los trámites judiciales y aspec­tos de "criminalidad" en ese ámbito, ha llevado a la Igle­sia a ponerse a la cabeza de las organizaciones que asesoran a los perjudicados por la usura.

No es ajena a este flagelo hasta Bíblico, nuestra heterogénea Mar del Plata. Pero vaya un ejemplo de ac­titud defensiva. En Italia, el cardenal Camilo Ruini impul­só a través de "Cáritas" un fondo de asistencia al ciuda­dano, creando asociaciones o mutuales con el apoyo de la Municipalidad de Roma, bancos y cámaras empresa­riales que aportaron para ello 200 mil dólares. En nuestro país, República Argentina, funciona ya una liga antiusura que inten­ta actuar sobre los efectos del drama que afecta a mi­les de familias. La conducen José Mela e Isidoro Córdova, que proponen "...salir de la pasividad e inercia y conde­nar risa y llanamente a los usureros por razones rnorales y materiales". Aunque también los condena el Código Penal. Pero, como si no existiera el articulo... La liga antiusura está hasta en Internet e in­tenta, entre otras cosas, pro­teger la economía familiar atacada por esta lacra, al ver disminuidos o desaparecidos sus ingresos, por la voraci­dad del que lucra con los estados de necesidad, igno­rancia o abusando de algún poder".

En Roma, "Romper el silen­cio y organizar la esperan­za", es una finalidad que, entre otros, el cardenal Camilo Ruini propi­cia a través de su proyecto de instaurar el 20 de sep­tiembre de cada año, como "Jornada de Lucha contra la Usura" internacional.

No cabe duda la necesidad de aunar conciencias en el rechazo manifiesto de tan miserable manera de enriquecerse. Además del escrúpulo moral que incita a despreciar la práctica de la usura, se hace necesario e imperioso que la sanción moral contra el usurero se manifieste en toda instancia de opinión.

Cualquier institución en la que militen ciudadanos de conciencia y de esclarecido pensamiento, debe expresarse en todo momento contra la usura. Además de las leyes que sancionan la práctica, el condigno rechazo manifiesto de la opinión pública, que permanentemente refiera su horror a esa forma de sumisión y esclavitud humana, ha de ser un dique de contención a los que medran con la necesidad ajena.

No existe mayor dique de contención a los avances de tan miserable práctica, que la condena moral y manifiesta de cada ciudadano. Reactualizo esta nota hoy, el 20 de febrero del año 2010, porque la usura nacional e internacional progresa y se ha instalado en nuestro país, Argentina, con toda elocuencia y complicidad no solo del Estado en su versión Poder Ejecutivo, sino en su versión Republicana del Poder Judicial, dentro del cual los jueces del fuero civil y del fuero penal, victimizan a la ciudadanía objeto de los juicios por ejecución hipotecaria, por ejemplo, rematándoles sus propiedades a precio vil y cayendo en manos de los cuervos de las “ligas de remate” integradas por abogados, escribanos, martilleros e “inversores” de fuste, que se enriquecen miserablemente a costa de la desgracia de sus víctimas… En cuanto al Poder legislativo, la “clase política argentina” resulta indiferente frente a esta “plaga” milenaria que es la “usura”, legislando con tibieza y lenidad ante la magnitud del “flagelo”.

Miles de ciudadanos fenecen ante el sistema, que no se sensibiliza frente a la inequidad. Los bancos y el sistema financiero –moralmente incapaces de cumplir sus verdaderos roles-- coadyuvan a la voracidad de los usureros, que se recrean en organizaciones prestatarias que hunden en la miseria a jubilados, empleados públicos y necesitados de dinero, con una maquinaria que prolifera sin que los organismos de “control” se manifiesten… e incluso existan… Para dar término a esta exacción miserable, condenada desde que la humanidad es tal y se ha “civilizado”….
Esperemos que logremos, con esta nota, despertar alguna conciencia con cierto poder mediático o político, que haga algo para mitigar el dolor que ocasionan los buitres del dinero…

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