Por el V:. H:. Ricardo E. Polo
Mientras en las periferias del planeta las desigualdades económicas y sociales disfrutan de un marco de jolgorio y es un deporte olvidar los avatares de la Historia, el Papa Juan Pablo II (que tiene plena conciencia de su finitud ciertamente poco mediata), se preocupa por cosas de las que también tienen la obligación de tratar quienes ejercen mandatos representativos.
Y formuló la alusión al Santo padre, en mérito al mandato espiritual ejercido por el Pontífice sobre millones de creyentes y practicantes del catolicismo en todo el orbe. Según informan Agencias Noticiosas internacionales, el Papa prepara una Encíclica sobre el "uso y abuso del dinero", habiendo anticipado su opinión sobre los efectos de la "deuda externa ya pagada con creces y que carcome" a los países afectados. Se refiere simplemente a los intereses que se están oblando por ella. (Esta nota ha sido escrita en el año 2000, pero tiene vigencia porque la usura crece y las Encíclicas anunciadas nunca aparecieron…)
También exhortó a los cristianos a combatir lo que califica como "sistema injusto" enfatizando que "...la usura es una vergonzosa y terrible plaga socia/". La Encíclica dirá, además, que las des-igualdades sociales son "una afrenta a la dignidad humana". Tal propósito amerita, al menos, apelar a la conciencia ética y moral que presuntamente es posesión del cristianismo católico, apostólico y romano, pudiendo extenderse por trascendencia, a la conciencia del occidente que pretende sostener las virtudes de la democracia y los principios de la filosofía moral heredados de la Grecia y la Roma inmortales. Mientras tanto, monseñor Tarciso Bertone, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que lidera el cardenal Joshep Ratzinger, (Hoy el Papa del Vaticano…pero tampoco se publica encíclica alguna…)) sostuvo hace algún tiempo, que "...es oportuno que la Iglesia elabore una reflexión sobre la usura y, en general, sobre el uso correcto del dinero y la proponga de una manera fuerte tanto a los agentes pastorales como a los agentes económicos".
El mensaje del Papa ante la Jornada Mundial de la Paz (realizada en 1998), preanunció, el 1o de enero de 1999, el contenido de la Encíclica que mencionamos, al expresar que "...Los pobres se ven forzados con frecuencia a quedar fuera de los normales circuitos económicos o a recurrir a los traficantes de dinero sin escrúpulos que exigen intereses desorbitados, con resultado final de/ empeoramiento de una situación ya de por sí precaria exhortando luego a practicar el micro- crédito en términos "ecuánimes y con intereses favorables" para posibilitar "...los medios económicos necesarios para el digno desarrollo de las familias y de las comunidades, y que sean accesibles para todos".
No termina todo el tema en la palabra del Papa Juan Pablo II, que en última instancia podría circunscribirse a los cristianos, si no fuera por la trascendencia de su magisterio. En Italia Alberto D'Urso, secretario del Consejo Italiano de las Fundaciones contra la Usura, promovió, no sin cierta candidez "...la restitución de los bienes mal habidos sustraídos por los usureros a sus víctimas". Según estadísticas italianas, (cómo serán las internacionales...) "la mafia criminal de los préstamos.... factura anualmente unos 36 millones de dólares de ganancias".
Se sabe la existencia en Roma de 3200 usureros, denominados "corbateros", cuyo giro de capital es nada menos que 4.700 millones de dólares. La "vergüenza y el miedo", la lentitud de los trámites judiciales y aspectos de "criminalidad" en ese ámbito, ha llevado a la Iglesia a ponerse a la cabeza de las organizaciones que asesoran a los perjudicados por la usura.
No es ajena a este flagelo hasta Bíblico, nuestra heterogénea Mar del Plata. Pero vaya un ejemplo de actitud defensiva. En Italia, el cardenal Camilo Ruini impulsó a través de "Cáritas" un fondo de asistencia al ciudadano, creando asociaciones o mutuales con el apoyo de la Municipalidad de Roma, bancos y cámaras empresariales que aportaron para ello 200 mil dólares. En nuestro país, República Argentina, funciona ya una liga antiusura que intenta actuar sobre los efectos del drama que afecta a miles de familias. La conducen José Mela e Isidoro Córdova, que proponen "...salir de la pasividad e inercia y condenar risa y llanamente a los usureros por razones rnorales y materiales". Aunque también los condena el Código Penal. Pero, como si no existiera el articulo... La liga antiusura está hasta en Internet e intenta, entre otras cosas, proteger la economía familiar atacada por esta lacra, al ver disminuidos o desaparecidos sus ingresos, por la voracidad del que lucra con los estados de necesidad, ignorancia o abusando de algún poder".
En Roma, "Romper el silencio y organizar la esperanza", es una finalidad que, entre otros, el cardenal Camilo Ruini propicia a través de su proyecto de instaurar el 20 de septiembre de cada año, como "Jornada de Lucha contra la Usura" internacional.
No cabe duda la necesidad de aunar conciencias en el rechazo manifiesto de tan miserable manera de enriquecerse. Además del escrúpulo moral que incita a despreciar la práctica de la usura, se hace necesario e imperioso que la sanción moral contra el usurero se manifieste en toda instancia de opinión.
Cualquier institución en la que militen ciudadanos de conciencia y de esclarecido pensamiento, debe expresarse en todo momento contra la usura. Además de las leyes que sancionan la práctica, el condigno rechazo manifiesto de la opinión pública, que permanentemente refiera su horror a esa forma de sumisión y esclavitud humana, ha de ser un dique de contención a los que medran con la necesidad ajena.
No existe mayor dique de contención a los avances de tan miserable práctica, que la condena moral y manifiesta de cada ciudadano. Reactualizo esta nota hoy, el 20 de febrero del año 2010, porque la usura nacional e internacional progresa y se ha instalado en nuestro país, Argentina, con toda elocuencia y complicidad no solo del Estado en su versión Poder Ejecutivo, sino en su versión Republicana del Poder Judicial, dentro del cual los jueces del fuero civil y del fuero penal, victimizan a la ciudadanía objeto de los juicios por ejecución hipotecaria, por ejemplo, rematándoles sus propiedades a precio vil y cayendo en manos de los cuervos de las “ligas de remate” integradas por abogados, escribanos, martilleros e “inversores” de fuste, que se enriquecen miserablemente a costa de la desgracia de sus víctimas… En cuanto al Poder legislativo, la “clase política argentina” resulta indiferente frente a esta “plaga” milenaria que es la “usura”, legislando con tibieza y lenidad ante la magnitud del “flagelo”.
Miles de ciudadanos fenecen ante el sistema, que no se sensibiliza frente a la inequidad. Los bancos y el sistema financiero –moralmente incapaces de cumplir sus verdaderos roles-- coadyuvan a la voracidad de los usureros, que se recrean en organizaciones prestatarias que hunden en la miseria a jubilados, empleados públicos y necesitados de dinero, con una maquinaria que prolifera sin que los organismos de “control” se manifiesten… e incluso existan… Para dar término a esta exacción miserable, condenada desde que la humanidad es tal y se ha “civilizado”….
Mientras en las periferias del planeta las desigualdades económicas y sociales disfrutan de un marco de jolgorio y es un deporte olvidar los avatares de la Historia, el Papa Juan Pablo II (que tiene plena conciencia de su finitud ciertamente poco mediata), se preocupa por cosas de las que también tienen la obligación de tratar quienes ejercen mandatos representativos.
Y formuló la alusión al Santo padre, en mérito al mandato espiritual ejercido por el Pontífice sobre millones de creyentes y practicantes del catolicismo en todo el orbe. Según informan Agencias Noticiosas internacionales, el Papa prepara una Encíclica sobre el "uso y abuso del dinero", habiendo anticipado su opinión sobre los efectos de la "deuda externa ya pagada con creces y que carcome" a los países afectados. Se refiere simplemente a los intereses que se están oblando por ella. (Esta nota ha sido escrita en el año 2000, pero tiene vigencia porque la usura crece y las Encíclicas anunciadas nunca aparecieron…)
También exhortó a los cristianos a combatir lo que califica como "sistema injusto" enfatizando que "...la usura es una vergonzosa y terrible plaga socia/". La Encíclica dirá, además, que las des-igualdades sociales son "una afrenta a la dignidad humana". Tal propósito amerita, al menos, apelar a la conciencia ética y moral que presuntamente es posesión del cristianismo católico, apostólico y romano, pudiendo extenderse por trascendencia, a la conciencia del occidente que pretende sostener las virtudes de la democracia y los principios de la filosofía moral heredados de la Grecia y la Roma inmortales. Mientras tanto, monseñor Tarciso Bertone, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que lidera el cardenal Joshep Ratzinger, (Hoy el Papa del Vaticano…pero tampoco se publica encíclica alguna…)) sostuvo hace algún tiempo, que "...es oportuno que la Iglesia elabore una reflexión sobre la usura y, en general, sobre el uso correcto del dinero y la proponga de una manera fuerte tanto a los agentes pastorales como a los agentes económicos".
El mensaje del Papa ante la Jornada Mundial de la Paz (realizada en 1998), preanunció, el 1o de enero de 1999, el contenido de la Encíclica que mencionamos, al expresar que "...Los pobres se ven forzados con frecuencia a quedar fuera de los normales circuitos económicos o a recurrir a los traficantes de dinero sin escrúpulos que exigen intereses desorbitados, con resultado final de/ empeoramiento de una situación ya de por sí precaria exhortando luego a practicar el micro- crédito en términos "ecuánimes y con intereses favorables" para posibilitar "...los medios económicos necesarios para el digno desarrollo de las familias y de las comunidades, y que sean accesibles para todos".
No termina todo el tema en la palabra del Papa Juan Pablo II, que en última instancia podría circunscribirse a los cristianos, si no fuera por la trascendencia de su magisterio. En Italia Alberto D'Urso, secretario del Consejo Italiano de las Fundaciones contra la Usura, promovió, no sin cierta candidez "...la restitución de los bienes mal habidos sustraídos por los usureros a sus víctimas". Según estadísticas italianas, (cómo serán las internacionales...) "la mafia criminal de los préstamos.... factura anualmente unos 36 millones de dólares de ganancias".
Se sabe la existencia en Roma de 3200 usureros, denominados "corbateros", cuyo giro de capital es nada menos que 4.700 millones de dólares. La "vergüenza y el miedo", la lentitud de los trámites judiciales y aspectos de "criminalidad" en ese ámbito, ha llevado a la Iglesia a ponerse a la cabeza de las organizaciones que asesoran a los perjudicados por la usura.
No es ajena a este flagelo hasta Bíblico, nuestra heterogénea Mar del Plata. Pero vaya un ejemplo de actitud defensiva. En Italia, el cardenal Camilo Ruini impulsó a través de "Cáritas" un fondo de asistencia al ciudadano, creando asociaciones o mutuales con el apoyo de la Municipalidad de Roma, bancos y cámaras empresariales que aportaron para ello 200 mil dólares. En nuestro país, República Argentina, funciona ya una liga antiusura que intenta actuar sobre los efectos del drama que afecta a miles de familias. La conducen José Mela e Isidoro Córdova, que proponen "...salir de la pasividad e inercia y condenar risa y llanamente a los usureros por razones rnorales y materiales". Aunque también los condena el Código Penal. Pero, como si no existiera el articulo... La liga antiusura está hasta en Internet e intenta, entre otras cosas, proteger la economía familiar atacada por esta lacra, al ver disminuidos o desaparecidos sus ingresos, por la voracidad del que lucra con los estados de necesidad, ignorancia o abusando de algún poder".
En Roma, "Romper el silencio y organizar la esperanza", es una finalidad que, entre otros, el cardenal Camilo Ruini propicia a través de su proyecto de instaurar el 20 de septiembre de cada año, como "Jornada de Lucha contra la Usura" internacional.
No cabe duda la necesidad de aunar conciencias en el rechazo manifiesto de tan miserable manera de enriquecerse. Además del escrúpulo moral que incita a despreciar la práctica de la usura, se hace necesario e imperioso que la sanción moral contra el usurero se manifieste en toda instancia de opinión.
Cualquier institución en la que militen ciudadanos de conciencia y de esclarecido pensamiento, debe expresarse en todo momento contra la usura. Además de las leyes que sancionan la práctica, el condigno rechazo manifiesto de la opinión pública, que permanentemente refiera su horror a esa forma de sumisión y esclavitud humana, ha de ser un dique de contención a los que medran con la necesidad ajena.
No existe mayor dique de contención a los avances de tan miserable práctica, que la condena moral y manifiesta de cada ciudadano. Reactualizo esta nota hoy, el 20 de febrero del año 2010, porque la usura nacional e internacional progresa y se ha instalado en nuestro país, Argentina, con toda elocuencia y complicidad no solo del Estado en su versión Poder Ejecutivo, sino en su versión Republicana del Poder Judicial, dentro del cual los jueces del fuero civil y del fuero penal, victimizan a la ciudadanía objeto de los juicios por ejecución hipotecaria, por ejemplo, rematándoles sus propiedades a precio vil y cayendo en manos de los cuervos de las “ligas de remate” integradas por abogados, escribanos, martilleros e “inversores” de fuste, que se enriquecen miserablemente a costa de la desgracia de sus víctimas… En cuanto al Poder legislativo, la “clase política argentina” resulta indiferente frente a esta “plaga” milenaria que es la “usura”, legislando con tibieza y lenidad ante la magnitud del “flagelo”.
Miles de ciudadanos fenecen ante el sistema, que no se sensibiliza frente a la inequidad. Los bancos y el sistema financiero –moralmente incapaces de cumplir sus verdaderos roles-- coadyuvan a la voracidad de los usureros, que se recrean en organizaciones prestatarias que hunden en la miseria a jubilados, empleados públicos y necesitados de dinero, con una maquinaria que prolifera sin que los organismos de “control” se manifiesten… e incluso existan… Para dar término a esta exacción miserable, condenada desde que la humanidad es tal y se ha “civilizado”….
Esperemos que logremos, con esta nota, despertar alguna conciencia con cierto poder mediático o político, que haga algo para mitigar el dolor que ocasionan los buitres del dinero…
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